lunes, 23 de septiembre de 2013

LA FORMULA DE LA FELICIDAD

La fórmula de la felicidad. OSHO
Creemos que cuando tengamos salud, éxito, dinero y amor, seremos felices. Todo lo contrario: si somos felices, tomaremos buenas decisiones que nos conducirán al éxito; forjaremos excelentes relaciones interpersonales y seremos más saludables... Si cambias tú, cambia tu mundo
La fórmula del Dalai Lama:
H=S+C+V. Donde H representa la felicidad, y es igual a S (puntos fijos) + C (condiciones de vida) + V (buenas elecciones). 
 Puntos fijos: Desde que somos niños, nuestros padres entrenan nuestros cerebros para ver problemas u oportunidades. Sin embargo, podemos cambiar nuestra programación mental, podemos aprender a pensar diferente con ayuda de la meditación (cuando meditamos la química del cerebro cambia) y con un cambio en nuestras creencias de manera inevitable cambia la realidad que percibimos o proyectamos.
Si nos repetimos nunca seré exitoso, nunca voy a encontrar a alguien que me ame, esos pensamientos limitantes se volverán realidad tarde o temprano, pero podemos cambiarlos.
2. Condiciones de vida: tener buenas condiciones de vida materiales sólo es una parte de la felicidad. Por ejemplo, la gente de Colombia es más feliz que la de Estados Unidos, aunque este último tenga mejores condiciones de vida.
3. Buenas elecciones: La felicidad tiene qué ver con las decisiones que tomamos. Si actuamos en sintonía con nuestra expresión creativa, si nuestras acciones tienen propósito, significado y nos dan felicidad, caminamos en felicidad, por lo que podemos ver que la felicidad no es un lugar a donde podamos llegar sino la manera en que vivimos cada instante de la vida.
Según Chopra la felicidad equivale en un 50% a predisposiciones mentales, 10% a las condiciones de vida y 40% a decisiones voluntarias. La mente está predispuesta genética y ambientalmente desde la temprana infancia, pero todo ser humano tiene el potencial de dejar ir las creencias y predisposiciones restrictivas, ello podemos lograrlo mediante la meditación y auto-observación del sistemas de creencias que sostenemos cada día. Este sencillo ejercicio, de observar las creencias, solo observarlas, permite que aquellas que son artificiales a la naturaleza sagrada del ser se disuelvan, como se disuelve el hielo bajo los rayos del sol. Así permitimos que aquello que somos y anhelamos en lo profundo del ser, se despliegue de manera natural y ocurra el milagro de ser quienes somos. Recordemos que el milagro es solo que todo vuelva al orden natural, donde cada uno de nosotros puede reconocerse como un aspecto Sagrado de Dios.
Por otra parte, las condiciones de vida no parecen ser tan determinantes para la felicidad. Es necesario tener la solvencia económica suficiente para vivir decentemente, pero tener mucho dinero no hace al ser humano más feliz sino esclavo de lo material.
Y finalmente están las decisiones voluntarias, aquellas que traen placer y sólo brindan una sensación de felicidad pasajera, y otras que conllevan a la realización personal, bien sea porque se compaginan con el significado y propósito de nuestras vidas o son una manifestación de nuestra creatividad.
"¿Las razones de tu sufrimiento?
Querer controlarlo todo, desear que las cosas sean como tú quieres, aferrarse a lo que no puede ser, desear que el pasado sea diferente, querer que otros sean como tú quieres que sean, no aceptarte tal como eres en cada momento. 
En resumen, vivir en tu mente y perderte del presente." 

Osho